No creo que vayas a entender, Michelle. Te cuento que yo
tampoco...
...hay tantos silencios,
tantos ruidos exacerbados. Hacemos el amor en un auto o en tierra enemiga... y
mientras tanto, el amor te dispara en la nuca. El aire se electrifica antes de
la lluvia, las palabras gritan, los rostros sangran, las fotos se eternizan en
recuerdos persecutorios. El odio y el amor giran en un torbellino
confundido. Se muere en todos lados, se ama en cualquier parte, aquí o del otro
lado de uno mismo. "El tiempo jamás se detiene, el círculo no se
cierra". Porque, antes o después, la que nos moja, es siempre la misma
lluvia.
Autor: Cristian Crucianelli