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jueves, 27 de enero de 2022

El Mamut y el Brontosaurio

 

Tengo a mi perrito Thor internado. Hoy por la mañana me despertó un casi inaudible sonido en la otra punta de la casa. Estaba a cincuenta centímetros de su cucha panza abajo planchado al piso. No sé cómo lo escuché a diez metros de distancia, dormido. Debe ser instinto 'paterno'. Sin contar los $7000 pesos por día que me cobran la internación... que como siempre digo, tengo laburo y si alguien que quiero me necesita, laburo un poco más...


Será instinto paterno-patriarcal.
A la noche, mientras trabajo, duerme en su cuchita a un metro de mí. Pero hace tres días se me dormía en mi pie descalzo debajo de mi escritorio. Después, cuando me voy a acostar, me lo llevo a la cama y duerme conmigo, con su cabecita recostada en mi cuello. Me hace acordar a una novia que tuve que dormía en mi pecho.

A la mañana tan chiquito se tiraba de la cama y amanecía yo solo. Él ya andaba atorranteando por la casa, haciendo quilombo o hurgando su plato vacío de comida.
Hoy me desperté solo, pero unos gemidos tenues me despabilaron.
Pero, Cristian, es sólo un perro!
Las pelotas de un mamut que es un perro!!!
Lo tengo desde que tenía 17 días de nacido (nació en Noche Buena). Lo alimenté a mamadera, como lo hacía con Michelle. Hasta hace maso una semana me dijo la veterinaria que ya no lo hiciera, que le podía dar alimento sólido. Soy su contacto con el mundo. El que lo atiende, el que lo alimenta a horarios; el que lo abraza, el que le habla. El que levanta su caca y seca su pis. Mi casa, ya caótica, se convirtió en un zoológico-librería caótica... pero en esta casa quilombo estaba acompañado, atento a su mamadera, sus cuchitas con mis ropas reconfortando su camita (ya le hice tres cuchitas a medida que fue creciendo).
Pero, Cristian, es sólo un perro! Y tenés que escribir esto aquí...!
Las pelotas de un brontosaurio, es sólo un perro!!!
Con mi viejo postrado el tipo se le acurrucaba en su pecho y, papá con su mano endurecida, lograba acariciarlo. Le brillaban los ojos y sonreía. Un perro, la concha de tu hermana!!!
Soy su contacto con el mundo, su padre-madre. Hoy me miraba como preguntándome qué pasa? Esto es parte de la vida?
Supe qué responderle, supe qué hacer. Abracito lo explica todo, para nosotros, los genios humanos, y para un perro.
Lo dejé en su jaulita acolchada en el hospital veterinario. El auxiliar de la clínica me llamó cuando me iba y me dijo mirá se durmió, está tranquilo.
Estaba canalizado con suero y algo que le dieron por un aparente problema neurológico motivado por vaya a saber qué causa. "No sabemos exactamente que lo causa -me dijo la veterinaria-, no sabemos qué hay dentro de su cabecita. De ser necesario le vamos a hacer una resonancia magnética'.
Se durmió acurrucado en un rincón con el cuellito estirado, como si el colchoncito fuera mi cuello.
Yo sé algo de lo que le pasa en su cabecita: Está soñando conmigo, diciéndome 'Venime a buscar cuando puedas".
Mañana voy! Tengo horario de visita de 17 a 18 hs.
Es mi familia, la puta que lo parió, no es un perro!!!
Michelle, te quiero! Hija, te voy a buscar cuando quieras.

 




 Autor: Cristian Crucianelli


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miércoles, 4 de marzo de 2020

Que 11 años no es nada


   Mirá, esta es la última foto que nos sacamos juntos mi hija y yo. Como se puede comprobar en la foto (fecha en inglés), hoy hace exactamente 11 años de ese dia. A veces pienso cómo es que no delinquí para volverla a ver, muchos conocidos me sugieren que me equivoqué al no hacerlo.

   Es que quiero, entre muchas otras cosas, educar a Michelle, aun no estando con ella y, una de las enseñanzas que le dejé en estos 11 años, es que se pueden lograr objetivos de manera legal y correcta, sin apartarse un ápice de la ley. Hasta ahora la lección falló y mi hija se puede estar educando con valores inconvenientes. Lamento que haya mujeres que, usando leyes que se crearon para protegerlas, lo hagan en contra de sus propios hijos. Allá ellas, todo vuelve, pero los pibes no tienen porqué pagarlas.

   Michelle, te amo, e insisto en que heredes de mí la enseñanza de que el camino de la legalidad es el más correcto. Puede ser el más largo y el más difícil. Pero, en nuestro caso, no se trata de caprichitos. Se trata de que algún día, quizás aunque yo ya no esté, puedas decir 'Mi viejo me dejó una lección construida con mucho dolor, pero con más amor que pena'.

   A eso se le llama honrar la vida. Y la vida, a veces es injusta, pero la mía ya valió la pena, porque aún siento en mi brazo tus tibias manos, aferrándose en un gesto y una sonrisa de 'Papá es mío'.

   Te quiero <3 11 años más que el día de esa foto.






Autor: Cristian Crucianelli

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sábado, 22 de febrero de 2020

Literatura


Si yo fuera el sol, Michelle,
a vos qué te gustaría ser?
Querés ser escritora...
no me digas la luna, Michi;
pensá, y no me digas la luna.



Autor: Cristian Crucianelli
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jueves, 21 de noviembre de 2019

Escalera al infierno


(Análisis de una obra de arte)

Ayer vi 'JOKER', me pareció muy buena. Pero había algo que me incomodaba: al chabón le habían pasado todas, no se libraba de una, era demasiado. Y me dije, 'No es otra cosa más que otra buena película americana'.
Pero de pronto, mi cabeza hizo un clic. Empecé a verla con otros ojos (con esos de Freud y el malestar en la cultura). Ya no era el Joker (o el Guasón) al que estaba mirando; ya no era su historia. Independicé al personaje de la saga de Batman, el cómic, las películas, etc., y toda su cosmogonía. El Guasón, el tipo ése, es una representación social. Es más, más que una representación social, es la sociedad toda: asqueada, maltratada, lastimada hasta el dolor, y la miseria de no poder cambiarse a sí misma. Un destino trágico que, al menos que aparezca un cambio paradigmático, nos espera a todos. Y no dentro de mucho...
No estoy hablando de otra cosa que, nada más y nada menos, del posmodernismo. Como lo explica la propia palabra: el modernismo ya terminó (hace tiempo) y seguimos en un post, en algo que ya terminó, que ya no da más. Y para peor, aún nada nuevo comenzó. Estamos en ese limbo donde todo vale y nada ni nadie vale nada.
La película es oscurísima, como la sociedad misma. Un descenso, una escalera al infierno.

¿Qué hacemos?

¡Solamente estamos yendo al cine a contemplar la extinción!









Autor: Cristian Crucianelli

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viernes, 16 de agosto de 2019

¡Buenas noches!


Sus caricias son tenues, se desparraman por mi piel, como una cálida lluvia de verano. Y ella sonríe, siempre sonríe, y es hermoso oírla jadear en la oscuridad. Allí esconde su risa cuando nadie desea ser feliz. Es hermoso sentirla jadear cuando llora también, cuando desea ser feliz y no puede.
Pero ya es tarde, ahora cierro mis ojos. Mañana quiero verla reír, y escucharla respirar el aire plateado de un nuevo día. Yo tendré que hacer mi parte. Voy a devorarme toda la oscuridad de un solo trago. Tengo que cerrar mis ojos hoy, para que empiece un nuevo día mañana. 

¡Buenas noches!







Autor: Cristian Crucianelli

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miércoles, 31 de julio de 2019

Tatuaje


Estaba durmiendo profundamente, soñaba con Michelle. La tenía enfrente, muy cerquita, alta, con los rasgos que un poco imagino y mezclo con fotos robadas en los jardines de face. O es solo recordar, recordarme a mí a los 15 años, el pelo más largo y feminizar su rostro, su cuerpo, sus gestos. Es igual a mí. Tan alta como yo, la tengo cerca, sus ojos casi a la altura de los míos. Me mira fijo con esos ojos oscuros casi negros, esa mirada profunda de párpados rasgados.
Me mira a los ojos, en silencio, yo no puedo ni quiero apartar la mirada. Hago un mapa mental de su imagen para siempre. La tengo tatuada en mis retinas, estampada en mi alma. Me mira, me mira. Sus ojos empiezan a moverse, se deslizan de manera horizontal apenas perceptiblemente. Casi hipnotizan. Se mueven. 'Me va a abrazar', pienso. 'Si sigue moviendo los ojos así, me va a abrazar'.
Sus ojos se deslizan de un ojo mío al otro, como tratando de leer quién es ese tipo. Ese tipo soy yo. Su mirada se queda quieta, pierde su profundidad. Me abraza. Me aprieta fuerte y no me suelta. Imagino que a mi espalda ahora tiene los ojos cerrados, fuertemente apretados. Yo los tengo abiertos, no puedo cerrarlos. Si lo hago cómo hago para verla en sueños.
Suena el celular...
La putísima madre, lo revoleo al carajo, rebota aquí y allá quinientas veces, como queriendo llamar la atención. Me agarro fuerte de la almohada, ahora sí, cierro los ojos con fuerzas, los aprieto hasta casi dolerme los huesos de la cara. Tengo que dormirme. Tengo que dormirme. Tengo que cerrar los ojos. Si no los cierro, cómo voy a hacer para verla en sueños.
No me volví a dormir. En toda la noche no pude dormir. Me quedé mirando su rostro tatuado en mi memoria. Ahora estoy cansado, necesito dormir. 






Autor: Cristian Crucianelli


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jueves, 13 de junio de 2019

Polifonía


La profecía decía que serían cuatro campanadas, todas a la vez, al unísono. Nunca se logró. Quisieron detener el tiempo, lo lograron... y las campanas tañeron juntas, por primera vez. Pero sonaron antes o después de ese instante y nadie las pudo escuchar.
Soltaron las cuerdas del presente, las cortaron; y el tiempo se alejó con un quedo gemido, huyendo como el aliento del viento, hacia más allá de donde se puede ver, hasta ese lugar que los humanos jamás van a conocer. A lo lejos, se fue apagando un llanto.
Las campanas sonaron cuatro veces y, entre tañido y tañido, todos y cada uno de los que habitan la tierra, pudieron escuchar el oprobioso silencio del ser, que es sólo ruido, entre sonido y sonido.
La música quedó fuera de ellos. Y sólo pueden escucharla.










Autor: Cristian Crucianelli


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